¿Se puede luchar contra los dragones sin convertirse en uno de ellos? Mariyana Huseinovic, más conocida como La Diana, ha encontrado al amor de su vida, Lazar Kovac, una víctima de abuso sexual y psicológico igual que ella. Juntos han iniciado un camino de sanación. Sin embargo, todavía queda algo pendiente. La Diana necesita cerrar el capítulo más atroz de su vida y recuperar a Larysa, la hija fruto de la violencia, que nació en el campo de concentración de Rogatica, y a quien abandonó cuando ella y su hermana Leila fueron rescatadas de ese infierno por Eliah Al-Saud. El desafío es imponente y dar con la criatura de sus entrañas después de más de cinco años parece imposible. Con la ayuda de Duga Sarajevo, una ONG dedicada a la lucha contra la pedofilia y el tráfico humano, y con el trasfondo de negocios ilegales, políticos corruptos, muertes misteriosas y patentes de semillas cultivables para controlar el alimento en el mundo, La Diana vive el momento más trascendental de su historia, en el que luchará por aniquilar al más feroz de los dragones del pasado y encontrar la posibilidad de ser feliz. Florencia Bonelli, con más de 3 millones de ejemplares vendidos solamente en la Argentina, vuelve a entregarnos su libro más ambicioso, más deseado y esperado por miles y miles de lectoras que la siguen y aguardan sus novedades con expectativa y felicidad.
Siete meses después de haberse publicado "Aquí hay dragones" llegó a las librerías la segunda y última parte: Dime, "¿Quién es como Dios?"
Más de ochocientas páginas dan forma al desenlace de esta historia, que con un costo de $1000 (pesos argentinos o 22 dólares, aproximadamente) no logró conquistarme.
Ya en la primera parte sentí la desilusión de no encontrar a LA DIANA que esperé tantos años. Aquella que en Caballo de Fuego supo conquistarme con su corazón doliente y blindado. Aquella por la que rogamos una historia que la tuviera como la magnífica protagonista que merecía ser.
A pesar de las sensaciones que me dejó el comienzo de esta bilogía, fue el diario íntimo de Mariyana Huseinovic el que me atrapó por completo.
Sus recuerdos exquisitamente narrados, con una rigurosidad histórica sorprendente y la pluma impecable de Florencia para hilvanar el drama más atroz fueron lo mejor del libro y mi razón para retomar esta historia siete meses después.
Sus recuerdos exquisitamente narrados, con una rigurosidad histórica sorprendente y la pluma impecable de Florencia para hilvanar el drama más atroz fueron lo mejor del libro y mi razón para retomar esta historia siete meses después.
Pero dime, ¿Qué pasó?
Mis sensaciones
De esos mil pesos que cuesta el libro, siento que deberían devolverme el 46% del principio y el 20% del final.
Pero el 34% que devoré... fueron un auténtico trabajo de aquella Florencia Bonelli que supo cortarme la respiración en Congo o Gaza.
En general, es una historia que me resultó interesante y con mucho potencial, pero el modo en que fue contada convirtió la lectura en una trabajosa misión que, salvo en un tramo, no pude disfrutar.
En general, es una historia que me resultó interesante y con mucho potencial, pero el modo en que fue contada convirtió la lectura en una trabajosa misión que, salvo en un tramo, no pude disfrutar.
El discurso
Ya lo había advertido en el primer libro pero en esta segunda parte es más marcada la diferencia de tonos que habitan este relato.
Así como en Congo o Gaza teníamos que atravesar muchísimas páginas con temas de acción o espionaje hasta que la pareja protagonista se encontrara y explotara el tema romántico, acá sucede al revés.
Así como en Congo o Gaza teníamos que atravesar muchísimas páginas con temas de acción o espionaje hasta que la pareja protagonista se encontrara y explotara el tema romántico, acá sucede al revés.
La primera mitad del libro relata el romance de Lazar y Diana, extendiéndose demasiado, resultando muy repetitivo y cayendo en un tono juvenil que desentona con los otros temas que forman parte del libro.
El discurso está impregnado de un romanticismo que ya es antiguo y se apoya en la idea de un amor que a mi me parece "poco inteligente". Ese concepto romántico basado en premisas como el amor predestinado, el hombre sanador, el enamoramiento instantáneo o la posesión como símbolo amoroso. Todas distintas formas de minimizar nuestra capacidad de elegir, pensar y contruir desde nuestra inteligencia.
El discurso está impregnado de un romanticismo que ya es antiguo y se apoya en la idea de un amor que a mi me parece "poco inteligente". Ese concepto romántico basado en premisas como el amor predestinado, el hombre sanador, el enamoramiento instantáneo o la posesión como símbolo amoroso. Todas distintas formas de minimizar nuestra capacidad de elegir, pensar y contruir desde nuestra inteligencia.
Es cuestión de gustos. Hay quienes disfrutan de esto e incluso lo eligen para sus vidas, de hecho a MI MADRE le encantó el primer libro...
Pero yo necesito creer lo que me están contando. Necesito que los impulsos de los protagonistas no me incomoden y que sus acciones no me den vergüenza.
Para mi gusto, las elecciones románticas de la autora dotaron al discurso de diálogos que convirtieron a la pareja en la caricatura de dos adolescentes y las escenas eróticas las encontré forzadas o desubicadas dentro del contexto que se estaba narrando.
Por ejemplo, poner el foco en una erección cuando el hombre está en terapia intensiva me parece poco erótico. Y no quiero decir que la erección sea algo incorrecto, para nada, pero me hubiera gustado que se crearan mejores momentos para que esas escenas transcurriesen sin hacerme ruido. (Se escucha el sonido de una púa rayando un disco de pasta!)
Escapé de todas las escenas eróticas entre Lazar y La Diana porque me resultaba tan agotador como dos jovencitos calientes y cursis besándose con ruido en el colectivo. Me chocaba bastante y básicamente es porque no me resultaron seductoras.
Seguramente, fueron muchos otros componentes los que construyeron en mi cierto rechazo hacia esta pareja, pero sería extenderme demasiado en algo que simplemente se resume a: no me gustó cómo me lo contaron.
Para mi gusto, las elecciones románticas de la autora dotaron al discurso de diálogos que convirtieron a la pareja en la caricatura de dos adolescentes y las escenas eróticas las encontré forzadas o desubicadas dentro del contexto que se estaba narrando.
Por ejemplo, poner el foco en una erección cuando el hombre está en terapia intensiva me parece poco erótico. Y no quiero decir que la erección sea algo incorrecto, para nada, pero me hubiera gustado que se crearan mejores momentos para que esas escenas transcurriesen sin hacerme ruido. (Se escucha el sonido de una púa rayando un disco de pasta!)
Escapé de todas las escenas eróticas entre Lazar y La Diana porque me resultaba tan agotador como dos jovencitos calientes y cursis besándose con ruido en el colectivo. Me chocaba bastante y básicamente es porque no me resultaron seductoras.
Seguramente, fueron muchos otros componentes los que construyeron en mi cierto rechazo hacia esta pareja, pero sería extenderme demasiado en algo que simplemente se resume a: no me gustó cómo me lo contaron.
Entonces, en ese primer tramo la autora se extiende demasiado mostrándonos a La Diana y a Lazar en una especie de luna de miel que resultó pesada, repetitiva y muy larga.
Con un "mi amor" cada dos palabras y con diálogos que de tan solemnes resultaban ridículos, Bonelli se apoya en el amor idolátrico para fundamentar el sentimiento de los protagonistas.
Al menos yo, encuentro más amor en el compañero que te apoda "sardina" que el clásico "Amor de mi vida" o el plomazo "Amor de mi existencia". (¡juro que le dijo así!)
Encontrarán muchas declaraciones de amor y tal vez pocas razones para comprenderlas, que no sean el encuentro mágico de dos almas dolientes que en nueve días podrán sanarse las heridas atroces del pasado porque su amor es así: mágico. Yo no lo compré, pero bueno, quizás escrito de otro modo, si me lo contaban de otra manera... ¡Pero así, yo no lo siento!
Y justamente, las heridas que llevaban consigo estos personajes, tras un pasado tan horroroso, merecían en mi opinión, un tono más maduro y responsable.
Recuerdo que al leer "Me llaman Artemio Furia" me saqué el sombrero por cómo Florencia Bonelli había construido una de las escenas más dolorosas que leí.
La respeté porque podía haberlo evitado, pero tantas personas sufren ese dolor que solamente una gran autora puede dejar de lado la varita mágica que otorga la ficción y decidir transitar sin anestesia el momento más desgarrador de una vida.
La respeté porque honró el dolor valorándolo magistralmente.
En cambio acá me pasó al revés. Que la afefobia de La Diana haya sido curada al instante de conocer a Lazar me resultó grotesco.
Hay tantas páginas que sobran en este libro que podrían haber sido ocupadas por un desarrollo más profundo, más REALMENTE amoroso y más digno de la historia dramática que había de fondo.
Pero no sucedió.
Ahora viene la parte por la que compraría el libro. ¡Llegó Vuk!
Los actores siempre dicen que los villanos son los personajes más generosos a la hora de componer su trabajo y es verdad. Vuk es detestable. ¡Es monstruoso! PERO ES CREÍBLE.
Y en este libro encontramos una dualidad en su personaje que es fascinante.
Aunque no lo crean, conoceremos una ternura y un amor que es inimaginable en un personaje como él. Y eso es gracias a un gran trabajo autoral de Bonelli que logra hacernos empatizar con la bestia.
Aunque no lo crean, conoceremos una ternura y un amor que es inimaginable en un personaje como él. Y eso es gracias a un gran trabajo autoral de Bonelli que logra hacernos empatizar con la bestia.
Vuk no deja de ser la maldad sin compasión que conocimos en el primer libro pero en este tramo de la historia podemos ver el amor que habita en él. Es inquietante y fascinante al mismo tiempo, porque al menos en mi caso no pude dejar de ir del desprecio a la ternura a medida que iba conociendo su otra cara.
Florencia Bonelli pudo lograr este milagro porque supo construir un personaje sólido y lleno de matices, sino que también pudo mostrarnos todos los rincones de su mente, corazón y alma.
Les juro que el pico máximo de amor, me llegó gracias a este personaje. Porque hay una hija, un padre y un amor enfermizo que logra redimirse a través del amor más puro que existe en la vida.
Los personajes
Abro este apartado con LARYSA. La que realmente sana en esta historia. La niña perdida y encontrada. El alma de Vuk y la salvadora de La Diana.
Este personaje ordenó todo lo que no hubiéramos podido ordenar de esta historia y si no fuera por ella no podríamos haber llegado disfrutar el temido encuentro entre La Diana y Vuk.
Su llegada a esta historia es conmovedora, dulce y pura. Es el amor que no necesita de "Amor mío", ni de adverbios pegajosos. Es un espejo que nos muestra lo que hay más allá del odio, de la venganza, de la obsesión y la perversión. Es la vida.
De más está decir que Vuk es el personaje que más me atrapó. Justamente porque es el más creíble de todos y el que denota mayor trabajo autoral. Su personaje fue recubierto de mil capas y en cada una que descubríamos había algo sorprendente que nos alentaba a querer saber más.
En cambio Lazar me resultó lineal y obvio. Repetitivo y vacío como un slogan de shampoo. Sí, es dulce y solemne pero no le encontré el alma.
La Diana... ¿qué decirles?, yo le tengo cariño pero por momentos quedó caricaturizada. No dejó de conmoverme y pude comprenderla gracias a ese magnífico diario que Bonelli escribió para que sufriéramos junto a nuestra heroína.
Debo decir que cuando la trama se pone seria y la autora les permite dejar la luna de miel, aparece aquella mujer admirable que me conquistó a través de sus heridas y su fuerza o llorando a Marcov. Incluso Lazar, cuando es despojado de diálogos románticamente forzados, parece un hombre más normal. Intenso y cursi, pero más coherente con el relato.
El resto de los personajes es un despelote. SON un montón y por momentos uno termina mareado entre nombres de guerra, miles de niños, antiguos personajes adorados y un gran grupo de víctimas y villanos nuevos.
Lo que me llamó la atención es que hasta los viejos y queridos personajes que conocimos en la trilogía Caballo de Fuego, los encontré deslucidos en esta historia. La autora les dio mucha participación pero no los vi brillar. Tal vez, menos apariciones pero diálogos más profundos y escenas más trabajadas hubieran sido más impactantes y enriquecedoras.
Al final, quedaron reducidos a una calesita de saludos familiares y guiños para el lector que no surtieron efecto.
Tráfico humano, experimentos en humanos, la OTAN, laboratorios, drogas, niños salvadores, trata de personas, abusos, pedofilia, venganza, amores, niños por todos lados... MUCHO de TODO y como dice el dicho: Quien mucho abarca, poco aprieta.
Ya con la guerra de los Balcanes y el horror padecido en Rogatica había mucha tela para cortar. Y era un tema que merecía el protagonismo absoluto.
Pero hubo cosas buenas... Por ejemplo, imaginaba distintos finales tras el reencuentro de Vuk y La Diana y jamás imaginé que sería como el creado por Bonelli. Me pareció brillante y sumamente sabio. ¡Aplaudo esa decisión!
Entonces, obviamente que admirándola tanto y teniendo tan buenos recuerdos de sus libros, mi vara siempre está alta mientras espero sus próximos trabajos.
Esta segunda parte la esperé sin muchas expectativas porque el primer libro no me había gustado entonces sucedieron dos cosas: la primera parte se me hizo mucho más pesada porque fueron 400 páginas de todo lo que me había aburrido en el primero y no estaba con esa curiosidad del "estreno esperado". Y por otro lado, me sorprendí con todo lo que sucedió cuando apareció VUK. Todo fue inesperado y me atrapó muchísimo.
Sin dudas, Florencia no sólo domina el romance histórico como ninguna sino que también es exquisita para las escenas de tensión y acción.
Me gustó muchísimo el tratamiento que le dio a la GRAN escena entre Vuk y Larysa. Si bien por momentos parecía extenderse mucho y dar vueltas sobre lo mismo, terminó siendo una pieza necesaria en la historia. Me conmovió muchísimo. No por el personaje en particular sino por el sentimiento tan puro que contenía todos los sucesos. Lloré!
Eso tiene Bonelli, puede profundizar en el dolor de un modo tan especial que te llega al centro del alma.
Una calificación aparte se ha ganado este libro por la escena final. Lo fue todo. Es una sola oración y sin embargo me conmovió al extremo. En ese final encontré lo que hubiera esperado en esta historia. En pocas palabras y al final del libro, apareció el amor que me hubiera gustado para esta soldado que sobrevivió a todo. Incluso a ella misma.
El resto de los personajes es un despelote. SON un montón y por momentos uno termina mareado entre nombres de guerra, miles de niños, antiguos personajes adorados y un gran grupo de víctimas y villanos nuevos.
Lo que me llamó la atención es que hasta los viejos y queridos personajes que conocimos en la trilogía Caballo de Fuego, los encontré deslucidos en esta historia. La autora les dio mucha participación pero no los vi brillar. Tal vez, menos apariciones pero diálogos más profundos y escenas más trabajadas hubieran sido más impactantes y enriquecedoras.
Al final, quedaron reducidos a una calesita de saludos familiares y guiños para el lector que no surtieron efecto.
El tema
Me hubiera gustado que el tema se concentrara en La Diana y su pasado, su resiliencia y su salvación. Pero Bonelli abrió el abanico y tejió con tantos hilos este relato que terminó siendo una madeja llena de enredos que le quitó fuerza a la trama.Tráfico humano, experimentos en humanos, la OTAN, laboratorios, drogas, niños salvadores, trata de personas, abusos, pedofilia, venganza, amores, niños por todos lados... MUCHO de TODO y como dice el dicho: Quien mucho abarca, poco aprieta.
Ya con la guerra de los Balcanes y el horror padecido en Rogatica había mucha tela para cortar. Y era un tema que merecía el protagonismo absoluto.
Pero hubo cosas buenas... Por ejemplo, imaginaba distintos finales tras el reencuentro de Vuk y La Diana y jamás imaginé que sería como el creado por Bonelli. Me pareció brillante y sumamente sabio. ¡Aplaudo esa decisión!
En resumen
Lamentablemente, me desilusionó mucho este trabajo de Florencia Bonelli y lo digo con mucha pena porque en este espacio siempre la recomendé muchísimo. Incluso cuando armé una entrada preguntando cómo habían llegado a Caballo de Fuego, me conmovió leerlas a muchas señalando que había sido por una reseña mía. (Pueden ver la entrada ACÁ)Entonces, obviamente que admirándola tanto y teniendo tan buenos recuerdos de sus libros, mi vara siempre está alta mientras espero sus próximos trabajos.
Esta segunda parte la esperé sin muchas expectativas porque el primer libro no me había gustado entonces sucedieron dos cosas: la primera parte se me hizo mucho más pesada porque fueron 400 páginas de todo lo que me había aburrido en el primero y no estaba con esa curiosidad del "estreno esperado". Y por otro lado, me sorprendí con todo lo que sucedió cuando apareció VUK. Todo fue inesperado y me atrapó muchísimo.
Sin dudas, Florencia no sólo domina el romance histórico como ninguna sino que también es exquisita para las escenas de tensión y acción.
Me gustó muchísimo el tratamiento que le dio a la GRAN escena entre Vuk y Larysa. Si bien por momentos parecía extenderse mucho y dar vueltas sobre lo mismo, terminó siendo una pieza necesaria en la historia. Me conmovió muchísimo. No por el personaje en particular sino por el sentimiento tan puro que contenía todos los sucesos. Lloré!
Eso tiene Bonelli, puede profundizar en el dolor de un modo tan especial que te llega al centro del alma.
Una calificación aparte se ha ganado este libro por la escena final. Lo fue todo. Es una sola oración y sin embargo me conmovió al extremo. En ese final encontré lo que hubiera esperado en esta historia. En pocas palabras y al final del libro, apareció el amor que me hubiera gustado para esta soldado que sobrevivió a todo. Incluso a ella misma.