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La estrella prohibida - María Border



Bárbara y Yago se conocen desde que eran niños. Durante la adolescencia compartieron travesuras, y una incipiente tensión sexual nació entre los dos. Pero con los años todo cambió, y esa amistad tierna y cómplice tomó la forma de una historia de amor que cambiará sus vidas para siempre.

"La estrella prohibida" no brilló pero aprovecharé esta lectura para mostrar algunos factores que son importantes en la lectura.
La propuesta de María Border era tentadora y me gustó mucho el modo en que la editorial presentó el libro.
Pero cuando una novela no agrada no hay marketing que valga, así que la receta de un volcán de chocolate que poco importa en la historia (aunque lo intenten) o un booktrailer que se pasa en su extensión, no sirven de nada.
Lo que importa es el libro y lo malo de toparse con una promoción tentadora, es que uno se lanza a una lectura con las expectativas altas.

Mis sensaciones

Si tengo que elegir qué fue lo que menos me gustó de "La estrella prohibida" diría que fue el discurso y eso es la columna vertebral de un libro.
Les puedo decir de qué trata una historia y puede ser sumamente atractiva, pero la pluma narrativa es la que determinará si eso que quise contar tuvo encanto o no.
Así que empecemos por ahí.

El discurso

La pluma de María Border es pulcra y con un vocabulario bastante rico, sin embargo esto no alcanzó para salvar un discurso que en lo personal, me resultó muy forzado.
Desde la elección de las palabras que por momentos desentonaban con el tono de la historia, hasta los modos de hablar de los personajes terminaron desluciendo la historia.
Le falto muchísima frescura en todos los momentos que la requirieron, como las escenas de la infancia y adolescencia. Y cuando se requirió emoción, la autora decidió que los personajes fueran por otro camino y al final, la novela es un compilado de escenas que quisieron mostrar a presión un espíritu que nunca encajó.
El intento por dotar a sus personajes de juventud, terminó en diálogos chocantes y sin emoción. Así, Bárbara resulta al final, una chica grosera más que un espíritu libre como se intentó representar.
Otra de las cosas que me disgustó del libro es que parece parcheado. Hay saltos en la historia y eventos que aparecen de la nada, rompiendo el clima que se había instalado. Parece como si la autora hubiera encontrado varias notas sueltas sobre la historia y decidió montarlas entre los capítulos para poder construir una novela.
Lamentablemente, no me gustó nada.

Los personajes

Algo que es muy común en las autoras que desde su madurez intentan recrear personajes adolescentes, es que terminan ridiculizándolos.
En este libro eso es muy notorio. El personaje de Bárbara, como mencioné antes, es un fallido intento que me terminó resultando chocante y fastidiosa.
Todas sus reacciones y contestaciones, me alejaron de la historia, demostrándome que los personajes son tan importantes como el tema.
Si una protagonista no me genera empatía y me irrita, la lectura se convierte en una tortura. Debido a esto dejé de leer a Megan Maxwell que luego de conquistarme con un par de libros frescos y entretenidos, termino especializándose en componer protagonistas peleadoras e insoportables.
Barbara en este caso es una chica escondida detrás de una máscara con la que se siente segura y fuerte. El problema es que nunca vimos a la muchacha que existe detrás de ese escudo. Sólo vemos a una mujer capaz de controlar su placer y sentimientos al punto de convertirse en un robot. No tiene amorocidad y sumado a esto es insoportable. Más que a la defensiva está al ataque y me cansó. Aburre y como pasa en la vida, llega un punto donde poco importa lo que diga.
La historia es muy coral, pero ni siquiera Yago, el protagonista principal, llegó a impactarme porque todo lo que sucede en esta historia parece una excusa para llenar páginas.
Para rescatar algo de la historia, diré que el personaje del padre de Bárbara es el que genera los puntos de conflicto más interesantes de la trama. Pero para mi gusto, fueron trabajados de un modo tan flojo como el resto de la novela.

En resumen,

Lamento cuando una reseña no es positiva. Siempre trato de encontrar algo que invite a que un libro sea leído y cuando no lo consigo me siento muy incómoda. Por esa razón tarde en subir esta reseña, porque en casos como este nunca lo quiero hacer.
Pero el espíritu de este espacio es contarles con lo que se van a encontrar para que sepan si es lo que están buscando.
Cada vez que recomiendo un libro, suelen llegarme mensajes diciéndome que lo van a comprar y siempre me suceden dos cosas:
Por un lado me alegra fomentar la lectura y la compra de libros. Pero por el otro siento un nudo en el estómago porque si no llega a gustarles lo mismo que a mi (cosa que puede pasar) siento la culpa de haberles sugerido una inversión que al menos en Argentina no es tan económica.
Es por eso, que al final siempre me decido por ser honesta en mis reseñas. Más allá de la subjetividad de mis gustos y lo mucho que respeto el trabajo de un autor (que es mucho), aquí siempre encontrarán un constante esfuerzo por ser lo más objetiva posible.

Entonces, si para vos es importante la empatía con los personajes, lo más probable es que te suceda lo que me pasó a mi con los personajes de esta historia.
La protagonista es irritativa desde el primer minuto. Y si un personaje me resulta molesta y forzada, la lectura resulta insoportable. A la hora de escribir deben recordar que la lectura es una actividad recreativa y nadie quiere padecer personajes insufribles. (Bastante con los que uno se cruza en la vida)
Lamentablemente toda la historia gira en torno a la personalidad de esta chica, con la que no me podía identificar ni en las escenas más sensibles y sólo terminé la lectura porque esperé tanto que remonte que cuando quise darme cuenta ya estaba por la mitad del libro.

¿Alguna la leyó? ¿Tienen pensado leerlo?

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