Todo lo que nunca fuimos - Alice Kellen


Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.
Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.
Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

Hay autoras que son la dosis asegurada de determinadas sensaciones. Alice Kellen por ejemplo, me garantiza una inyección de sensibilidad dulce de esas que regeneran el alma.
Y "Todo lo que nunca fuimos" reafirmó mi teoría. 

Mis sensaciones


En esta oportunidad, Kellen nos propone una historia de amor que tiene condimentos clásicos del conflicto romántico pero narrado en un lenguaje moderno y tan fresco como los otros títulos con los que esta autora me conquistó.
En esta bilogía, el amor imposible o prohibido tan usado como hilo en las novelas, se desarrolla dentro de un contexto especial.
Por un lado, Axel y Leah, los protagonistas, son prácticamente familia. Sus padres eran dos matrimonios amigos y como tales criaron a sus hijos a la par. Es por eso que Axel es el mejor amigo de Oliver, el hermano de Leah, la pequeña que le llegó al corazón desde el día en que nació.
Por su parte, ella creció guardando en secreto el amor que sentía por Axel... El el chico que le llevaba diez años de ventaja y que la comprendía con sólo una mirada.
Hasta que la tragedia marcó la vida de los protagonistas y todo cambió.

Fue cuando en un accidente automovilístico mueren los padres de Leah. Ella sobrevivió al choque pero quedó rota por dentro. Su último año escolar quedó pendiente y su recuperación sólo fue aparente. Las heridas externas sanaron pero el dolor del alma se hizo llaga. Para completar el cuadro su hermano tuvo que marcharse durante un año por razones laborales y decidió dejarla al cuidado de Axel.

El discurso

Esta historia es la primera parte de una bilogía llamada "Deja que ocurra". Este primer tramo está narrado a través de las voces de los protagonistas y con capítulos muy cortos. A lo largo de las cuatro estaciones que tiene el año, Alice Kellen le pone voz a los sentimientos de Axel y Leah, alternando los puntos de vista que guían el discurso.

Casi como si se tratase de un diario íntimo, escrito a dos voces, "Todo lo que nunca fuimos" se caracteriza por un tono tan melancólico como tierno.
En esta etapa de la bilogía, la autora nos invita a descubrir lo que cada uno de los protagonistas vivió en ese año de convivencia inesperada. Durante doce meses, mientras los árboles pierden sus hojas o los jazmines florecen, ellos tuvieron que volver a reconocerse desde un nuevo lugar.
Diez años de edad parecieran ser la diferencia que los separa pero en realidad, la barrera que hay entre ellos es justamente la familiaridad, la amistad, el conocerse hace tanto tiempo, el amor, el respeto y la opinión de los demás.

En lo personal, no me gusta mucho este modelo narrativo donde siempre siento que me perdí un día en la historia pero en esta oportunidad me resultó exquisito.
Alice Kellen rescata los momentos más importantes en ese año que Axel y Leah vivieron juntos y los hilvana hasta formar un relato fluido que no muestra saltos en el tiempo. Es el cuento de lo que se necesita decir y de los hechos que dieron vida a esta historia de amor.
El final queda abierto y se desarrollará en el segundo libro de esta bilogía titulado "Todo lo que somos juntos".

La pluma de Kellen tiene la dulzura impresa en cada letra y una capacidad descriptiva de las emociones que me lleva a un viaje muy sentimental e íntimo durante la lectura.
Me gustan las autoras que enlazan palabras como si estuvieran revolviendo caramelo líquido pero que también, saben contarnos el dolor de un modo tan tangible que la empatía logra ser el motor de la lectura.

"Todo lo que nunca fuimos" nos propone un tema que si bien no es común a todo el mundo, podemos encontrar hilos que a todos seguramente nos han tocado de cerca. Sentimientos y emociones que hemos transitado y nos llevan a empatizar con los protagonistas de un modo muy sencillo y con mucha emoción. 
Pero además, la autora logra crear climas y situaciones de un modo tan reales, que se vuelven cercanas aunque el tema nos pase por al lado. Con Alice Kellen, de pronto en un capítulo se nos viene encima y nos atraviesa el corazón.

El tema y los personajes

La resiliencia, el duelo, el amor imposible, la muerte, la familia... todos estos temas se encadenan formando un cuento precioso.
Podemos verla como la historia romántica de los amores imposibles o quedarnos con lo conmovedor de una pérdida.
Pero Kellen va un poco más hondo, y pone todos esos temas en una misma canción, en un mismo poema, en un mismo beso... Nos muestra el amor desde todos los ángulos y la necesidad de renacer cuando el corazón se nos rompió un día.

Amé a los protagonistas.
Él es un adulto independiente de 29 años que ama la libertad, el surf y la soledad. Ella, una joven que está terminado el último año del colegio. Ese año que no pudo terminar a tiempo porque el destino arrasó con sus planes.
Cuando Axel recibe en su casa a la hermana de su mejor amigo, no pudo imaginarse el huracán  emocional que se desataría.
El primer golpe lo sintió como una trompada en la boca del estómago y fue cuando descubrió el esfuerzo que hacía Leah para no volver a sentir la vida nunca más.
Desde el accidente que se llevó a sus padres, la joven mantuvo el dolor atrapado en su garganta. Expulsarlo lo sentía como una traición hacia los que tanto amó y tragarlo le resultaba imposible.
Entonces puso su corazón en pausa, su respiración se volvió imperceptible y la luz de sus ojos se apagó.
Para Axel que la conocía de toda la vida, verla en esa agonía le resultaba inadmisible y doloroso a la vez. Entonces decidió empujarla lo suficiente como para correrla de ese lugar en el que había quedado atrapada. En la pena más solitaria: el duelo.

Como crítica diría que me costó ver a Leah como una joven de 19 años y por momentos olvidaba completamente la diferencia de edad que existe entre los protagonistas.
Ambos son hermosos y en cada capítulo lograron llegarme al corazón. Cada uno tiene párrafos en esta historia donde la profundidad con la que describen los sentimientos logró conmoverme.
Algo para destacar es que ninguno de los dos me resulto obvio. Ambos me fueron sorprendiendo a lo largo de la historia y me rendí ante ellos.

En resumen,

Alice Kellen tiene una forma de narrar los cuentos que es muy realista. No anestesia ni adorna el romance con escenas melosas o cinematográficas. Ella va directo al punto donde la piel nos pica, la herida arde o donde la panza se alborota, pero logra hacerlo con un estilo tan precioso que nos contagia todo el romance del cuento. Y eso es lo que más me gusta de ella.
A través de Leah y Axel, la autora nos cuenta todo lo que una pareja puede llegar a ser si se animan a vivirlo. Todo lo que podrá ser más amargo o más dulce si elegimos o no apostar por lo que en el fondo sabemos, nos habita inevitablemente.
Durante un año Leah deberá recordar cómo se es feliz y Axel la irá empujando hacia ese lugar que tanto teme volver. Porque cuando el amor está atrapado en la garganta, solamente un grito puede liberarlo.
"Todo lo que nunca fuimos" es un relato que se asemeja bastante a un nudo en la garganta y nada es más preciso que eso para describir esta historia.
Por momentos se me hizo larga y la ansiedad me dominó, pero en otros tramos, cuando el curso del relato adquirió velocidad, necesité que todo fuera más lento. Para atesorarlo, para saborearlo, para disfrutar la ternura y el romance antes de que el final, bastante amargo, me dejara frustrada.
Pero no me alarmo, sé que viene una segunda parte y que Alice Kellen no va a dejarme sin el final feliz que todos los que arriesgan merecen.



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1 comentarios

  1. ¡¡POR FIN!! Un libro que leí antes que tu (¡¡¡jajajajajajajajaja!!!). Advierto que corro con ventajas porque ya leí la 2da. parte que también está genial. Tuve la suerte de comprarlos hace varios meses atrás, cuando aún se podía traer libros del exterior a un precio "medianamente" aceptable.

    La historia a mí me ha encantado, pero debo comentar que Alice Kellen se encuentra entre mis ESCRITOR@S FAVORIT@S. Para mi, en mi humilde opinión, son de esas personas que tienen la capacidad a través de sus historias de "HACERTE SENTIR" las emociones a medida que le van pasando situaciones a los personajes. Todo lo que tenga que ver playa y surf a mi me encanta (lo dice alguien que vive en alta montaña ¡jajaja!) así que ahí ya me enganchó.

    Con ellos reí a carcajada plena, lloré "a moco suelto" (como decimos por aquí), sufrí como una condenada, y mucho más. Comparto contigo eso de que al escribir, Alice "es muy realista. No anestesia ni adorna el romance con escenas melosas o cinematográficas". Las cosas son como son... se dan como se dan... y punto.

    Otra cosa que me fascinó es "ésa banda" que musicaliza toda la historia (no la mencionas... así que prefiero no "spoilear") que hizo que me re-enamorara de "esa banda". Por esas cosas de la vida (casual o causal) cuando terminé de leer la historia justo estrenaban "ésa película" que también tiene como argumento a "ésa banda".

    AMÉ esta historia (como la mayoría de los escrito por Alice Kellen) y seguramente será una bilogía que volveré a leer varias veces.

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