Palabras que nunca te dije - María Martínez

«Existe un amor por el que merece la pena esperar y luchar».
Sara está a punto de cumplir los treinta y ya ha perdido la esperanza y la ilusión en un matrimonio que va a la deriva. Ha pasado demasiado tiempo ignorando su vida y sabe que no es feliz. Ya no existe la chica que perseguía sus sueños y en su lugar hay una mujer a la que apenas logra comprender.
Lo que Sara no sabe es que un suceso inesperado sacudirá su pequeño mundo por completo. Cuando Christina, su mejor amiga, le pida que viaje hasta un tranquilo pueblo de La Provenza para hacerse cargo de las reformas de un bonito Château que pretende convertir en un hotel.
Han pasado siete meses desde que los demonios de Jayden lo llevaron hasta Tullia y aún no ha conseguido enfrentarse a ellos. Mientras trata de recomponer su presente y asumir un doloroso pasado, se gana la vida haciendo chapuzas para los vecinos del pueblo. Amable, divertido, y con una personalidad encantadora, se ha convertido en ese amigo al que todos recurren para solucionar sus problemas. Una casualidad, o puede que el destino, une las vidas de Sara y Jayden.
Dos almas rotas que, sin darse cuenta, empiezan a necesitarse para sobrevivir. Comienza el verano y, entre campos de lavanda, estrellas fugaces y luciérnagas, ambos descubrirán que, quizá, merezcan una segunda oportunidad.

Me llegó este libro hace unas semanas y lo adelanté en mi lista de lecturas porque la portada me enamoró. (para los libros, soy muy del amor a primera vista... (?))
Lo que no imaginé es que me iba a gustar tanto la historia, y sin embargo «Palabras que nunca te dije» me llevó por todos los estados, manteniéndome palpitando emociones a la par de Sara y Jayden.

Mis sensaciones

Esta novela es el primer trabajo que leo de María Martínez y me siento afortunada de haber comenzado con tan buen pie.
Seguramente, este libro me llevará a buscar más libros de esta autora que supo contarme un cuento con todos los condimentos que necesito para no soltar el libro hasta descubrir el final.


El discurso

«Palabras que nunca te dije» tiene tres tiempos muy marcados en la historia.
El primero, nos presenta la vida de Sara en Londres, con un marido que duele desde el primer minuto. 
La autora supo describir a través de muy pocas escenas, las carencias de la protagonista, su angustia y una opresión que nos contagia hasta oprimirnos el pecho ahogándonos.

El segundo momento comienza cuando Sara cambia de aire y se traslada a Tullia para remodelar el Château de su amiga Cristina. Allí conoce a Jayden, un hombre que de no ser real, sería el personaje que soñó muchos años atrás, cuando describió a su hombre perfecto. 
Como si saliera el sol, el discurso cambia completamente en este tiempo de la historia y descubrimos otra versión de Sara. Una mujer hermosa que por tres semanas está libre de la opresión a la que está acostumbrada.
La autora dotó de seducción y chispa este tramo del relato llenando de romance y esperanza cada una de sus páginas.
La tensión sexual entre los protagonistas puja constantemente en cada escena para abrirse paso entre los remordimientos, los miedos y las inseguridades, hasta que gana terreno y nadie quiere ponerle un freno.

El tercer tramo de esta historia, es lo que sucede cuando esas tres semanas idílicas llegan a su fin. La autora nos sorprende con un brusco cambio de escenarios y situaciones que nos muestran un lado de Jayden que no habíamos visto.
Con más acción e incertidumbre, «Palabras que nunca te dije» encuentra su final entre helicópteros de guerra, despedidas y ojos hinchados de tanto llorar.

Tres tiempos. Tres momentos. Tres oportunidades para cambiar el curso de la vida. 
Uno: conformarse.
Dos: animarse
Tres: elegir. 


Los personajes

Sara es una protagonista por la que inmediatamente sentí empatía aunque no tenemos ni un punto en común. En situaciones donde un personaje podría exasperarme ella me despertó más cariño que irritación, aunque por momentos quise zamarrearla para que reaccione.
En el nudo de esta historia su personaje comienza a mostrar otros colores y aparece una protagonista con sentido del humor, ocurrente, divertida y sensible.
Sus miedos, inseguridades y su vulnerabilidad, la convierten en un personaje más rico y eso si, tendremos que verlo durante todo el relato hasta el final.
Jayden es el hombre soñado. Lo que más me gustó de este personaje es que seduce con su picardía, su sentido del humor y su desfachatez. Es como el feo del grupo que enamora por una personalidad más adictiva que el tabaco pero... EN VERSIÓN BELLEZA ABSOLUTA.
Y lo que más me gustó de Jayden es que sabe tratar a una mujer. Sabe mirar, sabe esperar, sabe escuchar y sabe leer lo que uno no se animó a escribir.
Honestamente, un varón soñado.

En resumen

María Martínez construyó una historia entretenida que genera interés y empatía, despertándonos emociones diferentes.
Esta novela se teje con diferentes hilos del romance. A lo largo de la lectura nos encontraremos con el amor hiriente, la falta de reciprocidad, los sueños rotos,  el deseo prohibido, el amor inevitable y la difícil tarea de hacernos responsables de nuestro destino. 
Con mucha dulzura, erotismo y sensibilidad, la autora creó una historia de amor que se disfruta hasta el final recordándonos en distintos momentos, grandes relatos románticos.
Hay una escena que me transportó a una de "Los puentes del Madison" y hacia el final, un chispazo me llevó a alguna escena de Caballo de Fuego en Gaza. (No es nada parecido, ¡eh! Pero el condimento, estuvo)
Mi recomendación es que la lean y disfruten, como una historia de amor de esas que se cuentan a lo largo de los años. Simple, inevitable y agradable.


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