Mis sensaciones

Tengo apreciaciones encontradas. Por un lado diré que no me aburrió, cosa bastante positiva si tengo en cuenta la cantidad de libros que abandoné en el primer capítulo este último año.

Por el otro, no me llegó el sentimiento.
Ese amor tan potente e indestructible que anuncia la sinopsis, no lo encontré dentro de la historia.
Así que, por un lado tuve entretenimiento y por el otro, no llegué a creerme la historia romántica y entre estas dos contradicciones se encuentra lo más y lo menos interesante del libro:

El discurso

Realmente Viviana Rivero tiene un don para recrear escenarios que envuelven la historia. «Sì» transcurre entre París y Buenos Aires, mayormente durante los hermosos años 20.
En lo personal,  creo época riquísima para narrar historias.
Es un pasado que ubica la novela en el género histórico pero ya nos describe modas, tecnologías, costumbres y objetos que hasta el día de hoy usamos. Además, fueron años donde se rompían modas y nacían otras. Épocas de cambios, descubrimientos y de una modernidad que los personajes transitaban con una euforia que a nosotros nos resulta tierna, leyéndolos desde un libro electrónico en el 2017.
La pluma de esta autora nos hace sentir que estamos ahí mismo, respirando ese tiempo y lugar. Admiro a quienes pueden lograr ese efecto mágico en el lector y sin lugar a dudas es un don que no se aprende en ningún lado.
Con el otro libro de Rivero me pasó lo mismo (sigo insistiendo en que debe llevarse a la pantalla grande) y cuando eso sucede es lo más parecido a viajar.
En cuanto a la historia, es de esas que tienen una línea de tiempo extensa y con muchos personajes que vemos crecer a medida que pasamos las páginas.
Y cuando se cuenta mucha vida, hay pérdidas, sueños que nacen, amores que se buscan y desencuentran, y encuentros que se esperan quizás durante toda una vida, o un libro.

La novela se cuenta a través de tres partes y algunos capítulos son protagonizados de forma breve y únicamente por uno de los personajes, que relata sus pensamientos futuros.
Ese recurso, y afirmaciones de la autora (que usó la tercera voz para narrar esta historia) adelantan sistemáticamente lo que sucederá en la trama. Nos advierte o predispone a sucesos fatídicos y eso no me gustó.
Sentí que le quitaba toda emoción al relato y me desanimaba.
Por otro lado, si bien está exquisitamente narrado, con mucho trabajo de investigación, no encontré una historia de amor como la que se anuncia en la sinopsis.
Sí, Nicolás y Melisa se gustan. Se buscan y se encuentran, pero no me transmitieron el deseo de los amores pasionales, ni el amor inconmensurable que libra todas las batallas.
Es una historia de amor que está bien. Pero no me conmovió.

Los personajes

Les diré que mis preferidos no fueron los protagonistas. En cambio Amina y Manuel (los padres de Melisa) me enloquecieron de amor. Una pareja que hace del amor, un ritual para toda la vida.
Otro que me gustó fue Eric, (el hermano mayor de Nicolás), que tiene su historia de amor con Margot (otro personaje que SÍ me gustó)
Nicolás y Melisa tienen su encanto pero nada que me haya impactado.
Pero tranquilas que esta historia es tan grande que tiene para todos los gustos.

En resumen,

«Sí» promete más de lo que es, pero brilla por su riqueza narrativa. Rivero escribe como los dioses y cada capítulo es un video clip.
Cuando estaba leyendo el libro me spoilearon algo que es IMPORTANTE en el libro y odié con fuerza esa información.
NO hay que contar lo que pasa en una historia. Se puede hablar del libro sin arruinar todo el entretenimiento.
Pero ya que estamos le diré que ese suceso que me adelantaron es TREMENDO. Lo mejor del libro y lo que me hizo leer sin parar desde ahí hasta el final.
Es EXCELENTE y es gracias a el modo en que Rivero escribe y describe. Es un arte que nos permite estar ahí, viviendo un momento impactante y único.
Por eso y por la perfección con la que «Sí» fue escrito es que me gustó mucho esta historia. Sin que nada me vuele la cabeza, ni con grandes pasiones agitando las páginas pero con muchos hechos contundentes e inolvidables que quedaron anclados en mi memoria de lectora.